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La «nueva normalidad» en las bodas durante la COVID-19

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La enfermedad del coronavirus ha golpeado fuertemente a nuestra sociedad en los últimos meses, y cómo no, el mundo nupcial no ha sido de menos. Número muy reducido de invitados, sin barra libre, tiempo limitado de celebración… ¡Pero que no cunda el pánico! Siempre se dice que cuando se cierra una puerta se abre una ventana… En Luciérnagas te ofrecemos alternativas geniales para que tu boda en tiempos de coronavirus no se convierta en una odisea. ¡Sigue leyendo!

Siempre se ha pensado que la mejor época para casarse es la temporada primavera-verano. Sin embargo, debido al gran número de bodas pospuestas o canceladas por la enfermedad del coronavirus, estas bodas se trasladarán a la temporada siguiente: otoño-invierno. Una tendencia que en los tiempos que corren, ha venido para quedarse. ¿Y qué ventaja ofrecen estas estaciones del año? La más significativa, sin duda alguna, el precio. Recordemos que es temporada baja, y los precios suelen bajar considerablemente. ¡Algo para tener en cuenta seguro!

Por otro lado, otro trend que siempre se ha tenido muy presente y que ahora más que nunca ha crecido de manera considerable, son las bodas al aire libre. Como bien sabéis, la COVID-19 se expande más y es muchísimo más contagiosa en espacios cerrados sin ventilación, por lo que una boda al aire libre reduciría significativamente posibles contagios y favorecería ese distanciamiento social tan importante. Sí que es verdad que suena algo contradictorio una boda al aire libre en pleno otoño-invierno, pero existen grandes opciones para que el mal tiempo no estropee este tipo de bodas al aire libre. Las carpas, por ejemplo, serían las grandes aliadas de las bodas, al permitir cubrir a los invitados del posible mal tiempo, pero sin llegar a estar en un espacio cerrado. ¡La salud siempre lo primero!

Otra alternativa son las llamadas bodas íntimas, invitando únicamente a las personas más allegadas. En los tiempos que corren, las bodas íntimas son mucho más fáciles de gestionar y más económicas. Las bodas de 500 invitados quedan un poquito lejos, y todavía no se sabe cuando podrán volver… Además, las restricciones por la COVID-19 van cambiando día a día y una boda íntima se adaptaría a la perfección a cualquier posible cambio o imprevisto. ¡Una gran opción!

Y no hace falta añadir que las medidas de higiene y seguridad van a acompañar a todas las celebraciones hasta tener una solución definitiva a esta enfermedad. Es un día muy especial, en el que crearemos momentazos inolvidables que quedarán marcados para siempre, pero sin olvidar que cuidarnos y protegernos a nosotros mismos y a todos los que nos rodean es primordial para que todo esto se acabe.

¡Nos vemos en el siguiente post!

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